PRIMEROS EN ACCIÓN
PRELUDIO. MÚSICOS Y PERIODISTAS
Aprendizaje contextualizado: captar y expresar
Aprendizaje contextualizado: captar y expresar
Los alumnos de primero de secundaria, responsables de elaborar el reportaje, han participado durante todo el curso 2007-2008 en el proyecto piloto Lectures Creatives (propuesta del Ajuntament de Barcelona, Institut d’Educació, y coordinado por Drac Màgic), que pretende estimular la lectura crítica de la prensa entre alumnos de secundaria. El proyecto se ha incluido en el desarrollo curricular de la asignatura de Lengua castellana y literatura. El sistema de funcionamiento ha seguido pautas colaborativas y procedimientos de web social: interacción entre centros de secundaria públicos[1], creando una red de funcionamiento gestionada a través de un blog compartido. Se plantean imágenes y lecturas comunes para el debate, sobre las que se sugieren cuestiones que estimulen la reflexión; trabajadas en grupos de alumnos de los diferentes centros se comparten conclusiones a través de las intervenciones del blog, para establecer un diálogo diferido. Al final, se realiza un boletín común con las ideas elaboradas.
La actividad de síntesis, incluida en la XX Mostra de Programes Culturals, ha consistido en convertirse en periodistas para realizar un reportaje de la Mostra de Música “A tot ritme”, en la que también participa de forma activa el centro.
Desde el departamento de Música, se ha coordinado la participación de alumnos también de primero de secundaria en el Projecte de Música de la Mostra, que pretende estimular al alumnado e introducirlo en el mundo de la música contemporánea a través de la percusión.
[1] Centros colaboradores en la experiencia el curso 2007-2008: IES L’Alzina, IES Anna Gironella de Mundet, IES Joan d’Àustria, IES Príncep de Girona.
CRÓNICA DE LA MOSTRA DE MÚSICA “A TOT RITME” 08
Alumnos del IES Príncep de Girona participan en la Mostra de Música celebrada en L’Auditori el jueves 22 de mayo un grupo de alumnos de primero de secundaria del instituto han actuado en L’Auditori; culmina así su participación en el proyecto de percusión, música rock y otras músicas organizado por el Institut d’Educació de l’Ajuntament de Barcelona[1]. Los alumnos se han transformado en músicos en el escenario.
BARCELONA. Javier Carbajo, Sabrina Gómez, Juliana Granja, Anthony Pastor[2]
Durante el trayecto instituto-auditorio los alumnos conversaban, reían y se mostraban bastante tranquilos exteriormente; pero nadie sabe realmente cómo se sentían por dentro, seguro que tenían un nudo en el estómago que se les quitó al actuar.
Al llegar a L’Auditori, nuestros compañeros se reunieron con los de otros centros a la entrada; en el ambiente se notaba una mezcla de emoción y nerviosismo a un tiempo. Del aspecto de los estudiantes se podían deducir los cursos: de primero a cuarto de secundaria. Cada centro se organizó en grupos para que nadie se perdiese y poder entrar ordenados a la sala donde posteriormente actuarían. La parte destinada al público de la sala impresiona porque es grande; el escenario se ve más pequeño.
Una persona de la organización nos acompañó a los periodistas a los lugares, privilegiados, que se nos habían asignado en la sala: en primera fila, a la derecha del escenario. Dejamos todo lo que nos estorbaba y nos pusimos a realizar nuestra labor: observar, anotar, entrevistar y hacer fotos. La primera complicación fue que no nos dejaron hacer fotos de la entrada de los participantes; pero más tarde llegó una persona responsable de la organización que nos autorizó a hacer fotos en el interior.
Los alumnos tardaron unos quince minutos en entrar y acomodarse en los asientos, tiempo que aprovechamos para hacer entrevistas a trabajadores, profesores y alumnos que se mostraron muy amables al concedernos sus respuestas.
Los trabajadores del auditorio nos comentaron que les hacia ilusión preparar una actividad con alumnos de diferentes institutos; a pesar de que la organización implicase dificultades. Veían a los alumnos como simpáticos y a algunos como algo alocados.
Nunci, la profesora de música de nuestro centro, nos dijo: “Espero que salga muy bien porque hemos trabajado mucho durante mucho tiempo. El profesor de percusión nos felicitó, así que probablemente todo salga a pedir de boca”.
Los alumnos del centro iban a interpretar una canción llamada Samina, de ritmos africanos; esperaban que todo saliese bien, siempre siendo conscientes de que no eran profesionales. Algunos decían que iban obligados, pero se les veía contentos; sin embargo, otros contestaban que les gustaba tocar.
Las actuaciones transcurrieron sin ningún contratiempo. Aunque en algunas ocasiones el grupo que actuaba fuese descompasado o desafinase, hay que tener en cuenta que el estar actuando delante de tanta gente puede haber provocado nerviosismo y causar esos desajustes. Se utilizaron gran variedad de instrumentos: guitarras (eléctricas y españolas), instrumentos de viento (trompetas, saxos) y, sobre todo, de percusión (timbales, cajas chinas, maracas…, y algunos hechos con material reciclado). Al actuar, todos se concentraban en sus instrumentos y en los gestos que hacía el profesor que los dirigía. La mayoría de los grupos tocaron muy bien, reflejaban el trabajo realizado durante semanas para obtener esos resultados. Las melodías eran variadas y sus intérpretes conseguían comunicar diferentes sensaciones al público, que fue en general respetuoso; sólo algunos mostraron poco interés por el trabajo realizado por el resto de participantes.
Tras el concierto, pudimos entrevistar al organizador del proyecto de percusión. Nos indicó que llevaba tres años colaborando y que organizarlo le había costado unos ocho meses. Si bien era una propuesta con complicaciones, el resultado había sido muy satisfactorio; además trabajar con adolescentes contagiaba de alegría y de ganas de hacer las cosas. Añadió que en general los alumnos se habían portado correctamente y, sobre todo, habían tocado bien y habían disfrutado de la actividad.
Finalmente, salimos de L’Auditori y nos fuimos directamente al autobús, cansados pero satisfechos de compartir con alumnos de otros institutos el trabajo realizado.
[1] Centros que participan en proyecto de música además del IES Príncep de Girona :IES L’Alzina, IES Fort Pius, IES Infanta Isabel , IES La Guineueta, IES Valldemosa, IES Joan Manuel Zafra.
[2] Aunque sólo aparecen los nombres de los reporteros, sin la colaboración de todos los alumnos de 1 A y 1 B, el artículo no habría sido posible.
Los trabajadores del auditorio nos comentaron que les hacia ilusión preparar una actividad con alumnos de diferentes institutos; a pesar de que la organización implicase dificultades. Veían a los alumnos como simpáticos y a algunos como algo alocados.
Nunci, la profesora de música de nuestro centro, nos dijo: “Espero que salga muy bien porque hemos trabajado mucho durante mucho tiempo. El profesor de percusión nos felicitó, así que probablemente todo salga a pedir de boca”.
Los alumnos del centro iban a interpretar una canción llamada Samina, de ritmos africanos; esperaban que todo saliese bien, siempre siendo conscientes de que no eran profesionales. Algunos decían que iban obligados, pero se les veía contentos; sin embargo, otros contestaban que les gustaba tocar.
Las actuaciones transcurrieron sin ningún contratiempo. Aunque en algunas ocasiones el grupo que actuaba fuese descompasado o desafinase, hay que tener en cuenta que el estar actuando delante de tanta gente puede haber provocado nerviosismo y causar esos desajustes. Se utilizaron gran variedad de instrumentos: guitarras (eléctricas y españolas), instrumentos de viento (trompetas, saxos) y, sobre todo, de percusión (timbales, cajas chinas, maracas…, y algunos hechos con material reciclado). Al actuar, todos se concentraban en sus instrumentos y en los gestos que hacía el profesor que los dirigía. La mayoría de los grupos tocaron muy bien, reflejaban el trabajo realizado durante semanas para obtener esos resultados. Las melodías eran variadas y sus intérpretes conseguían comunicar diferentes sensaciones al público, que fue en general respetuoso; sólo algunos mostraron poco interés por el trabajo realizado por el resto de participantes.
Tras el concierto, pudimos entrevistar al organizador del proyecto de percusión. Nos indicó que llevaba tres años colaborando y que organizarlo le había costado unos ocho meses. Si bien era una propuesta con complicaciones, el resultado había sido muy satisfactorio; además trabajar con adolescentes contagiaba de alegría y de ganas de hacer las cosas. Añadió que en general los alumnos se habían portado correctamente y, sobre todo, habían tocado bien y habían disfrutado de la actividad.
Finalmente, salimos de L’Auditori y nos fuimos directamente al autobús, cansados pero satisfechos de compartir con alumnos de otros institutos el trabajo realizado.
[1] Centros que participan en proyecto de música además del IES Príncep de Girona :IES L’Alzina, IES Fort Pius, IES Infanta Isabel , IES La Guineueta, IES Valldemosa, IES Joan Manuel Zafra.
[2] Aunque sólo aparecen los nombres de los reporteros, sin la colaboración de todos los alumnos de 1 A y 1 B, el artículo no habría sido posible.